Signos y Síntomas del Control de Impulsos

Podemos ayudar a que tanto adolescentes como adultos se recuperen de sus condiciones emocionales, psiquiátricas o adictivas, brindándoles la confianza que necesitan para tener un futuro con esperanza.

Entender la Control de Impulsos

Los trastornos del control de impulsos se caracterizan por la incapacidad consistente de dejar de realizar ciertas acciones dañinas para uno mismo o para otros y son un conjunto de trastornos de salud mental que pueden afectar a los niños y adultos por igual. Los síntomas crónicos e intrusivos relacionados con los trastornos del control de impulses suelen provocar una serie de trastornos emocionales y conductuales que pueden dar lugar a distintas consecuencias perjudiciales. Adicionalmente, las personas que luchan con un trastorno del control de impulsos no poseen las habilidades necesarias para controlar sus comportamientos y emociones, lo que puede ocasionar dificultades significativas en distintas áreas de sus vidas. Algunos de los trastornos del control de impulsos más conocidos incluyen la cleptomanía, el trastorno explosivo intermitente, la piromanía y el comportamiento sexual compulsivo. A menudo, estos trastornos inician durante la niñez o la adolescencia y la gravedad de los síntomas tiende a aumentar con el paso del tiempo.

El tratamiento de los trastornos del control de impulsos depende en gran medida del trastorno exacto que haya sido diagnosticado, pero a fin de cuentas, el objetivo primordial es controlar los síntomas. Los adolescentes o adultos que presenten síntomas de un trastorno del control de impulsos deben recibir ayuda de un especialista lo antes posible para evitar el desarrollo de problemas más graves a futuro.

Causas y Factores de Riesgo de la Control de Impulsos

El desarrollo de los trastornos del control de impulsos puede relacionarse con distintos factores, incluyendo causas genéticas, físicas y ambientales. A continuación se enlistan las causas más comunes y el papel que juegan en el desarrollo de estos trastornos:

Factores genéticos: Al igual que ocurre con muchos otros trastornos de salud mental, las investigaciones han concluido que sí existe una relación genética en el desarrollo de los trastornos del control de impulsos. Esto significa que si una persona tiene antecedentes familiares de trastornos del control de impulsos, él/ella enfrentan un mayor riesgo de desarrollar uno de estos padecimientos.

Factores físicos: Diversos estudios de neuroimágenes realizados a lo largo de los años han determinado que las personas que exhiben síntomas indicativos de un trastorno del control de impulsos tienen diferencias estructurales en sus cerebros en comparación con otras personas. Estas diferencias estructurales pueden impedir el funcionamiento correcto de ciertos neurotransmisores, mismos que son responsables del control de los impulsos, lo que pudiera conllevar al desarrollo de un trastorno del control de impulsos.

Factores ambientales: El entorno es un factor extremadamente influyente en la vida de una persona y puede jugar un papel importante en el desarrollo de un trastorno del control de impulsos. Por ejemplo, las personas que están expuestas a la violencia o que son víctimas de abuso corren un mayor riesgo de desarrollar un trastorno del control de impulsos.

Factores de Riesgo:

  • Ser hombre
  • Ser joven
  • Tener una enfermedad mental preexistente
  • Antecedentes familiares de enfermedades mentales
  • Antecedentes personales o familiares de adicción y abuso de sustancias
  • Exposición crónica a la violencia y la agresión
  • Ser víctima de algún tipo de abuso o abandono

Indicios y Síntomas de la Control de Impulsos

Los síntomas que presentan las personas que luchan con un trastorno del control de impulsos se determinan por el tipo de trastorno del control de impulsos que está presente. La siguiente es una lista de algunos de los indicios y síntomas más comunes que pudieran indicar la presencia de un trastorno del control de impulsos:

Síntomas del comportamiento:

  • Prender fuegos
  • Episodios de ira explosiva
  • Participar en conductas sexuales riesgosas
  • Tener un comportamiento agresivo o violento en contra de personas, animales, objetos y/o bienes
  • Hurto
  • Mentir consistentemente

Síntomas físicos:

  • Moretones o cicatrices múltiples
  • Marcas de quemaduras como resultado de jugar con fuego
  • Presencia de enfermedades de transmisión sexual al participar en conductas sexuales riesgosas

Síntomas cognitivos:

  • Incapacidad para controlar los impulsos
  • Ideas intrusivas
  • Concentración deficiente
  • Incapacidad para permanecer quieto
  • Patrones de pensamiento obsesivos
  • Patrones de pensamiento compulsivos

Síntomas psicosociales:

  • Agitación
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Irritabilidad
  • Baja autoestima
  • Aislamiento de la familia y los amigos
  • Reducción del sentido de autovaloración
  • Episodios de desapego emocional

Efectos de la Control de Impulsos

Los efectos a largo plazo que pudieran presentarse como resultado de un trastorno del control de impulsos no tratado pueden causar un impacto duradero en la vida de una persona. A continuación se enlistan algunos efectos negativos que las personas pudieran experimentar en caso de que no reciban el tratamiento necesario:

  • Encarcelamiento
  • Hospitalización prolongada
  • Dificultad con las relaciones interpersonales
  • Participación en conductas autolesivas
  • Disminución consistente del sentido de autovaloración
  • Disminución del desempeño académico o laboral
  • Suspensión o expulsión de la escuela
  • Conflictos familiares
  • Dificultades financieras

Trastornos Simultáneos

No es raro que las personas con un trastorno del control de impulsos cumplan con los criterios de diagnóstico de otro padecimiento de salud mental. En algunos casos, es posible que un trastorno del control de impulsos provoque la aparición de los síntomas de otra enfermedad mental. Algunos de los trastornos concurrentes más comunes incluyen:

  • Trastorno de oposición desafiante
  • Trastorno de personalidad antisocial
  • Trastornos depresivos
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Trastorno bipolar
  • Trastornos de ansiedad
  • Trastornos de la conducta

Sin el Hospital San Juan Capestrano no hubiese podido superar mi tristeza. ¡Me encuentro eternamente agradecida por su ayuda!

– Isabella R.